Extractos y Reseña Crítica del Libro "El Vaticano Contra Dios" - 4

La apoteósis papal de las grandes concentraciones.

"En el Vaticano, para consolidar el propio poder, es necesario ostentar prestigio y una pompa y boato capaces de competir con las imperecederas reminiscencias de los antiguos fastos paganos… que todavía perduran a las puertas del año 2000 en el olimpo de la corte papal, ansiosa de destacar y sedienta de poder" (169-170).

Con "estridentes músicas de todo tipo" y "millones de jóvenes bailando, famosos que acuden por doquier", aturdido por el baño de multitudes mientras resuenan todavía en sus oídos los hosanas de los pueblos delirantes, el papa se vuelve incapaz de "descubrir las intrigas de la corte" (74). Pero "el verdadero rostro de la iglesia de Cristo no es la sistemática organización de desfiles" que llenan "las plazas a lo largo de todo el año" (el día del niño, de los jóvenes, de la familia, de los obreros, etc). "Eso es un maquillaje de la fachada que oculta las arrugas de la decadencia" (75). "Al príncipe de las tinieblas le conviene esta política y la promueve", como lo hizo con Cristo al mostrarle "todos los reinos del mundo con su gloria" para que lo adorase (75).

La "eminenciería" y "excelenciería" vaticana.

"La actual ‘eminenciería’ y ‘excelenciería’ vaticana cuenta en sus filas con toda una serie de sujetos de muy baja estofa cultural y escaso valor espiritual" (73). "Jesús nos puso en guardia a todos para que no fuéramos como los esribas y los fariseos: ‘Todas sus obras las hacen para ser admirados por los hombres…; gustan de ocupar los lugares de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas… y de que los hombres los llamen rabí’, término este último equivalente a los títulos honoríficos de monseñor, excelencia, eminencia y cosas por el estilo. Entran ganas de preguntarse: Señor, tus llamamientos de entonces, ¿tienen todavía el mismo valor en nuestra época para toda esta clase de excepción del Vaticano?" (194).

"El oportunismo es un fenómeno de sedimentación medieval. En el Vaticano se nace con esta lacra. El cromosoma de más que posee el arribista lo empuja siempre hacia delante sin detenerse jamás: de sacerdote a obispo, de obispo a arzobispo, de arzobispo a cardenal y a papa, como no le dé el capricho de crear el título de archipapa" (195).

Después de citar Mat 23:5-7 y Sal 25:4, los Milenarios muestran que se hace en el Vaticano exactamente igual que lo que se hacía entre los fariseos a los que se refirió Jesús. Describen los banquetes que tienen en donde hormiguean los que buscan acomodos. "Para éllos [los de la curia vaticana], la ley evangélica es un silogismo al revés: se establece previamente la conclusión—a éste lo suspendemos—y, sobre su base, se adoptan las premisas" (209).

"No es fácil escribir acerca de la vanidad de los hombres de Iglesia con respecto a ciertos títulos honoríficos o de prestigio y acerca de su búsqueda de los cargos de máximo rango que ambicionan, pretenden y obtienen… Es la feria del color rojo lo más llamativo posible. Para ponerse un poco de color rojo encima, pierden la costumbre de tenerlo en la cara. Es el escaparate de los exhibicionistas acicalados con las solemnes vestiduras, bajo las cuales ocultan sus hipócritas sueños. Las funciones litúrgicas pontificias acaban por parecerse a un desfile de prelados que se pavonean por una variopinta pasarela de modelos…" (209-210).

"Los peces gordos de mayor calibre tienen tantas ganas de que los saluden como los de pequeño calibre de venerarlos. El revestido de mayor dignidad contempla a hurtadillas los movimientos del inferior distraído, sobre el cual concentra su enojo por no haberlo saludado, con lo mucho que él se lo merece. Profusión de zalamerías y anchas sonrisas de satisfacción de los arribistas. En la sala la asamblea alaba y es alabada, se alegran los corazones y todos se deshacen en elogios y parabienes" (210).

"Qué placer experimentan los prelados envueltos en un mal disimulado narcisismo, antes, durante y después de estos encuentros de alto nivel pontificio" (210). "Los monseñores revestidos de pompa y majestad, todos ataviados con sotanas prelaticias, rápidos y dominados por el frenesí, serenos o sonrientes según convenga, engalanados y resplandecientes, se sienten obligados a tributar homenaje a los cardenales y prelados de los asientos reservados de la primera y la segunda fila" (211). Los milenarios citan entonces Mat 23: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos… Todas las obras las hacen para que los vean los hombres…; gustan ocupar los primeros asientos en los banquetes y las primeras sillas en las sinagogas y de los saludos en las plazas", para mostrar que la historia se repite entre los prelados.

"En toda esta feria de color rojo, a nadie le gusta recordar el reproche del Maestro a los fariseos: ‘¿Cómo vais a creer vosotros que recibís la gloria los unos de los otros y no buscáis la gloria que sólo viene de Dios?’ A lo mejor, creen que Dios sufre daltonismo y no distingue su resplandeciente color rojo. En cualquier caso, está claro que a ellos no les ha enseñado que la grandeza no viene de abajo sino de arriba; no del color rojo sino de la integridad interior" (214).

"En estas ceremonias papales nunca falta la presencia y la reunión de religiosas de todo tipo y condición. Muy modernas ellas, hacen gala de todo su esparpajo y se presentan ataviadas con tejidos superfinos, luciendo ensortijados mechones que sobresalen descuidadamente del velo o bien sin velo y con la permanente que les ha hecho aquel mismo día el peluquero de la casa, el cual, como es lógico, también ha aprovechado para hacerles la manicura" (214).

"En 1994 montaron un auténtico espectáculo entre el ego de la púrpura y el entonces presidente del Consejo, el honorable católico Silvio Berlusconi. El encuentro entre ambas altezas fue extremadamente cordial. El augusto purpurado no enrojeció de vergüenza al estrechar la mano del recién afiliado a la masonería, creador de tres canales de televisión que se dedican al lavado de cerebro y al enturbiamiento de la moral, dueño de miles de millones que no brillan precisamente por su blancura y metido en complejos problemas judiciales, autoproclamado Ungido del Señor y quizá por eso con derecho a tener dos esposas y dos familias" (216).

"Pero peor todavía que un viejo imbécil es un imbécil joven, siempre de hinojos delante de su anciano protector rojo púrpura" (218). Por otro lado, "el verdugo se viste con los ropajes de su víctima para quedarse pérfidamente con una parte de la ovación de los espectadores" (219).

III. Satanismo

"Ciertos juegos de poder entre eclesiásticos no se diferencia de las luchas tribales, de las brujerías fetichistas y de complicidades mafio-masónicas" (210). "Hoy el enfrentamiento es frontal. [Satanás] se presenta sin disimulo y tiene empeño en hacer saber que actúa con sus artes infernales ayudado por las sectas satánicas cada vez más extendidas… Su lógica…: no es necesario ir contra Dios cuando se puede hacer sin Dios. Basta" con "convertir en lícitas, apetecibles y normales las ambiciones del egoísmo humano en el ámbito de la Iglesia… Satanás induce a los hombres de Iglesia a actuar en contraposición con las Bienaventuranzas" (259).

"En el santuario romano del Divino Amor, meta de ininterrumpidas peregrinaciones…, se acerca al confesionario un penitente muy alterado y turbado… ‘Padre, no sé… si Ud. me podrá absolver…’ ‘No se preocupe por eso, hijo mío; en el fondo, nosotros somos como los vertederos de basuras, donde se arroja de todo…’ ‘Padre, pertenezco a una secta satánica, en la que desempeño un papel importante. He arrastrado a muchos a ella…’ ‘¿Desde hace cuántos años?’ ‘Padre, hace unos diez años que entré de lleno en la actividad… He llegado incluso a convencer a otras personas a asistir a misas negras y a otros ritos satánicos. Sin embargo, el otro día fui yo el invitado a una misa negra en un lugar donde yo jamás hubiera imaginado que se pudiera celebrar semejante rito…’ ‘¿Dónde?’ ‘En el Vaticano’… ‘¿Quiénes eran los demás?’… ‘No se les podía reconocer, todos íbamos encapuchados y cubiertos de la cabeza a los pies. Las voces eran graves, imposibles de identificar por el timbre. La invitación me había parecido un honor…’" (259-260).

[Esto ha sido confirmado por Zenit, órgano informativo religioso vaticano. En OBISPOS ADVIERTEN CONTRA LAS NUEVAS PRACTICAS ESPIRITISTAS. Aumentan los grupos que pretenden comunicar con el más allá (Bolonia, 21 de mayo, 2000), este organismo de noticias refirió que "en Italia se está poniendo de moda hablar con los muertos. Vuelve el espiritismo con una cara nueva". "Los obispos de la región de Emilia-Romagna han publicado una nota pastoral con el título ‘La Iglesia y el más allá’, presentado el pasado viernes a los medios de comunicación por el cardenal Giacomo Biffi, el coordinador de la edición, monseñor Adriano Caprioli, y el secretario de la Conferencia episcopal regional, monseñor Claudio Stagni.

"En la nota, los obispos afirman que se han multiplicado en la región los encuentros, seminarios de estudio y congresos, centrados en la espiritualidad del más allá, donde los fines de semana acuden personas que guardan luto para escuchar a los ponentes que hablan de la esperanza de la comunicación ultraterrena". "La novedad del sincretismo. ‘Hoy los adeptos a estos grupos evitan polémicas con la Iglesia.’ Pero todavía es más sorprendente el hecho, denuncia el obispo de Reggio-Emilia, que dentro de estos grupos ‘actúan incluso sacerdotes conocidísimos por la actividad que desarrollan en la comunidad cristiana. Y por si fuera poco, en algunos de estos encuentros se celebra incluso la misa’… ¿Por qué lo hacen? ‘Probablemente—afirma monseñor Stagni—piensan hacer el bien, consolar…’", lo que critican luego diciendo que lo que aparece es la imagen del difunto que está en el propio inconciente, negando implicitamente la existencia misma del diablo].

Conclusión

Los milenarios captan el doble comportamiento de la Curia romana que pretende ser la norma moral y social para los pueblos que en su interior no practica. Los gobiernos del mundo, aunque tal vez en menor grado, captan también ese doble juego de hipocresía y falsedad, como admiten los milenarios. Pero lejos de rechazarlo, lo adoptan en mayor o menor grado dependiendo de su dependencia del Vaticano, y hasta le hacen a esa inmundicia un pedestal de veneración como la antigua imagen de la maldad en Babilonia (Zac 5:5-11).

"La diplomacia de este pequeño Estado vaticano influye hoy en día en el comportamiento de los restantes Estados de tal manera que el engolamiento y la hipocresía se convierten simultánea-mente en causa y efecto del éxito recíproco y se ponen a prueba en una cortés competición de formas con reacciones en cadena. Un concentrado de hipocresía institucionalizada, uno de los mayores males medioambientales de este minúsculo Estado llamado la ‘Supercortemayor’" (24).

Aunque en toda organización humana habrá siempre injusticias, las soluciones que proponen los milenarios de sindicalizar el Vaticano para lograr un equilibrio de fuerzas entre el vértice y la base, no es la mejor. Nuestra Iglesia, a pesar de que en los países católicos especialmente, no siempre logra librar a algunos hombres de esa educación o formación fraudulenta que proviene del mundo romano, tiene como sistema organizativo un equilibrio de fuerzas mejor que el que procuran los milenarios, ya que prescinde de un sistema sindical como el que se da en muchas naciones, con las tan consabidas reyertas y conflictos que ha generado y genera en el mundo.

En efecto, nuestros congresos que se dan cada dos, tres o cinco años, se expresan y toman medidas con la voz que proviene de abajo. Por otro lado, a las autoridades de la Iglesia se les da también la oportunidad de ejercer su autoridad hasta el siguiente congreso. También existe la posibilidad de reclamos particulares que, de ser rechazados por las autoridades más inmediatas, pueden apelarse hasta que el caso sea dirimido en un congreso de la Asociación General, con una representación mundial de los hermanos que provienen de todo el mundo. Incluso antes de un congreso tal, fue capaz de actuar pacíficamente no hace mucho, para alejar de sus funciones al mismo presidente de la Asociación General por actividades que lo llevaban a un conflicto de intereses.

Los milenarios no ponen, tristemente, el énfasis en la necesidad de una transformación interior, aunque admiten que debemos "elegir entre… nuestra autorrealización o la Cristorrealización" (330). Cuando hablan de la necesidad de una transformación interior, se refieren mayormente a la organización interna de la Curia. Tampoco se dan cuenta que para librarse de un mal constitucional a Roma, deben liberarse de las doctrinas de error y esclavitud a las que están atados. Aunque captan que el celibato clerical obligatorio es una doctrina esclavizadora que ata a demasiados clérigos a la inmoralidad sexual siguen, por ejemplo, dependiendo de presuntos mensajes proféticos enviados por la Virgen de Fátima, en lugar de buscar comprender "la palabra profética aún más segura", que es la Palabra de Dios, la Biblia (2 Ped 1:19-21).

¿Cómo podemos probar que las doctrinas católicas conducen a la esclavitud social y moral de los pueblos? Por la Palabra de Dios y por los resultados que produjeron en todas las naciones donde pudo dominar durante todo el medioevo. Si no pueden ejercer en el exterior el dominio absoluto y esclavizante que ejercen en el interior, es porque los poderes seculares y protestantes constituyen todavía un freno a ese afán de dominio de los pueblos que nunca pereció en Roma.

Al probar que, a pesar de tantas normas y prédicas que dan al mundo en lo exterior, Roma sigue albergando en su interior todos los principios que la caracterizaron durante la Edad Media, lo milenarios nos confirman lo que dijo E. de White en el siglo pasado. "Valiéndose Roma de la ambición de los reyes y de las clases dominantes, había ejercido su influencia para sujetar al pueblo en la esclavitud, pues comprendía que de ese modo el estado se debilitaría y ella podría dominar completamente gobiernos y súbditos. Por su previsora política advirtió que para esclavizar eficazmente a los hombres necesitaba subyugar sus almas y que el medio más seguro para evitar que escapasen de su dominio era convertirlos en seres impropios para la libertad" (CS, 324).

¿Cuáles son las doctrinas católicas que tienden a hundir? Una de éllas tiene que ver con el pecado original que lo conciben erróneamente como siendo sexual, lo que los empuja a querer librarse de la misma tendencia mediante prácticas ascetas como la del celibato, lo que a su vez los expone a todas las aberraciones sexuales denunciadas por los milenarios en esta obra. También creen los católicos que nacemos con pecado y, por consiguiente, requieren el bautismo infantil para quitar ese pecado, sin que los bautizados sepan siquiera lo que están haciendo con ellos. Después de ese bautismo no importa lo que pase ni lo que se haga, se estará a salvo aunque haya que pasárselas un buen rato en el purgatorio. En otras palabras, el sacramento del bautismo que nos libra del pecado original se transforma en un manto para cubrir toda clase de aberraciones que han caracterizado al magisterio católico a lo largo de su historia, y que se acrecienta a medida que nos acercamos al fin. No se trata de debilidades morales aisladas de algunos individuos, sino de toda una multitud de pobre gente a la que se ha debilitado y esclavizado ya en sus mismas creencias, como para no poder librarse realmente de su inmoralidad y sujeción a la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica Romana.

Así como nuestro mensaje es una cadena de verdades que tiende a la liberación del hombre, el mensaje católico romano es una cadena de mentiras que tiende a la esclavitud moral y espiritual de la humanidad. Del pecado original se pasa al bautismo inconciente infantil. En la parte final está el purgatorio con los santos y vírgenes que nos permiten pasarla no tan mal con el fuego purificador si recurrimos en vida a ellos u otros amigos recurren a ellos por nosotros después de ponersenos en el azador (Juan Pablo II ya no habla más de fuego en el purgatorio, ya que sólo a pocos podría asustar hoy con esa doctrina romana tan devaluada). La confesión auricular a un ser humano degrada al penitente y, de una manera semejante a la invocación de otros seres humanos presuntamente ya santos a quienes consideran más cerca de nosotros, le hace creer que si Cristo que está más lejos porque fue sin pecado, y Dios mismo no nos oyen ni pueden perdonarnos, gracias a esos intermediarios más cercanos podemos zafarla igual. ¿Acaso el Hijo no va a escuchar el ruego de su madre? A una madre tan inocente e ingenua como María que es todo corazón se le puede decir de todo, ya que una madre así concebida entiende todo.

El mensaje católico es tambien una transacción por obras que, aunque pretenden mezclarlo con la fe ahora, sigue siendo de calidad mágica, con recursos como la santiguación, los rosarios, y vaya a saber cuántas artes más. Dentro de ese campo mágico-simoníaco están las indulgencias y castigos corporales que permiten compensar los malos hábitos a los que, por consiguiente, no es necesario renunciar sino buscar pagos más ligeros (sí, se consiguen indulgencias más baratas, no hay para qué angustiarse, salvo que se quiera ser honesto). A su vez, la creencia pagana en la inmortalidad natural del alma y la comunión con los difuntos que está arraigada en la Iglesia Católica, los pone demasiado a menudo en contacto con los espíritus de los demonios que, por más aureola de santidad que empleen para tapar la inmundicia, conducen a la degradación y muerte. No hay problema alguno en todo eso, porque al imponerse un magisterio infalible que suplanta la Biblia por lo que Lutero llamó el "estercolero romano", se puede cambiar la ley de Dios que prohibe venerar los difuntos, y se libra al clero romano de ser juzgados por tribunales civiles. No olvidemos que ese magisterio tapamentiras y tapainmundicias es tan arrogante que no acepta ser juzgado por tribunal civil alguno, por considerarse superior a todo otro tribunal.

Es una lástima que los milenarios citen muchos pasajes de la Biblia muy bien escogidos para denunciar la falsedad e hipocresía del Vaticano, pasando por alto los proféticos que muestran que la ciudad de las siete colinas (Apoc 17:9) no tiene cura (Jer 51:9), y es el trono del dragón (Apoc 13:2-4). "En ella fue hallada la sangre de los profetas, de los santos, y de todos los que han sido sacrificados en la tierra" (Apoc 18:24), porque está dominada por el mismo espíritu pagano que siempre se opuso a la verdad divina y al verdadero pueblo de Dios (Dan 8:11-12,23-25, etc). Antes bien, todo lo que nos informan los milenarios sobre la persistencia romana en continuar con el sistema del medioevo en contradicción con lo que pretenden enseñar para el exterior, nos muestran esa doblez engañosa que prenderá al mundo otra vez en sus redes, ya que por naturaleza, Roma jamás cambiará (véase 2 Tes 2:3-12).

Con todo lo que han experimentado, el llamado que deberían dar los milenarios por precepto y ejemplo es: "¡Ha caído la gran Babilonia [entiéndase Roma]! Y se ha vuelto habitación de demonios, guarida de todo espíritu impuro, y albergue de toda ave sucia y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación… ¡Salid de ella, pueblo mío, para que no participéis de sus pecados, y no recibáis de sus plagas! Porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se acordó de sus maldades" (Apoc 18:2-5). Mucha gente buena y sincera hay en el catolicismo romano que son "pueblo mío", dice el Señor. Pero sólo los que quieran aceptar todo el consejo de la Palabra de Dios tendrán el valor de reconocer que la única solución para éllos es salir de Roma y aceptar el "evangelio eterno", esto es, el mensaje liberador final que Dios tiene para su pueblo hoy (Apoc 14:6-12). -- Los Milenarios. EL VATICANO CONTRA DIOS. Via Col Vento in Vaticano (Ediciones B, S.A., 1999, Bailén, Barcelona), 351 pp.

Recebido em 02/12/00 - à 1h37m.

Zenit Protesta

Roma, 2 de diciembre de 2000

Muy estimados suscriptores:

Algunos de ustedes han recibido un mensaje en el que utilizando el formato de Zenit se distribuye la recensión del libro "El Vaticano contra Dios". Como bien pueden imaginar se trata de un acto de sabotaje. Quien utiliza este tipo de actos deshonestos para transmitir propaganda descalifica su propio mensaje.

Internet que ofrece grandes posibilidades comunicativas, está sujeta, sin embargo, a este tipo de acciones desleales.

Ya hemos recibido muchos mensajes de nuestros lectores para manifestarnos su solidaridad y nos han comentado que esta agresión muestra muy bien cuáles son los desafíos que hoy día tiene que afrontar la Iglesia.

Aprovechamos para felicitarles por el inicio de Adviento que nos prepara para la Navidad con la que culmina el Jubileo.

Un cordial saludo:

Jesús Colina y la redacción de Zenit

N.B.: Lo cierto en todo esto es que nuestra aventura informativa no tiene nada de aburrido.

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