El Papa Evoca los Grandes Momentos de Su Peregrinación a Fatima

Destaca en la audiencia general la actualidad del mensaje de las apariciones

CIUDAD DEL VATICANO, 17 mayo (ZENIT.org).- Fátima se le ha quedado grabada
en el corazón al Papa. Lo confesó esta mañana al recibir en la audiencia
general de este miércoles a 40 mil peregrinos provenientes de 29 países de
Europa, América, África y Asia. De hecho, quiso dedicar el encuentro que
tuvo lugar en la plaza de San Pedro del Vaticano, bajo un fuerte sol, a
recordar los momentos más emocionantes de su reciente peregrinación al
lugar de las apariciones de María (12 y 13 de mayo) con motivo de la
beatificación de los pastorcillos Jacinta y Francisco.

Por la mente del obispo de Roma pasaron de nuevo las imágenes de esos dos
días: más de medio millón de personas que aplaudieron el momento en que los
dos chavalines eran proclamados beatos o el instante en que recibieron con
sorpresa el anuncio del así llamado «tercer secreto» de Fátima.

Heroísmo de niños
Juan Pablo II constató que «al igual que en Lourdes, en Fátima la Virgen
también escogió a los niños, Francisco, Jacinta y Lucía, como destinatarios
de su mensaje. Lo acogieron de una manera tan fiel que han merecido ser
reconocidos como testigos creíbles de las apariciones, hasta el punto de
convertirse ellos mismos en ejemplo de vida evangélica». De hecho, dejó muy
claro que estos dos pequeños, que murieron con diez y once años, no han
sido elevados a la gloria de los altares por haber recibido las apariciones
de María, sino porque «aunque no fueron mártires, demostraron vivir las
virtudes cristianas de manera heroica, a pesar de su tierna edad».
«Heroísmo de niños --reconoció el Papa--, pero auténtico heroísmo».

Aludiendo implícitamente a las revelaciones del tercer secreto que hablan
de un «obispo vestido de blanco», Juan Pablo II dijo que el segundo
objetivo de su viaje, tras el de la beatificación, fue el de agradecer «a
María por lo que quiso comunicar a la Iglesia a través de estos niños y por
la protección que me ha concedido durante el pontificado» Para mostrar de
manera concreta su gratitud, el Papa le regaló a la Virgen el tesoro más
valioso para él: el anillo episcopal que le regaló el cardenal Stefan
Wyszynski pocos días después de su elección a la Sede de Pedro.
Wyszynski,
que Se trata de quien entonces era obispo primado de Polonia, quien
profetizó que a él le correspondía guiar a la Iglesia en la transición al
tercer milenio. El Papa Wojtyla siempre ha considerado que si salió con
vida del atentado que le tendió Alí Agca en la misma plaza de San Pedro en
que se encontraba hoy, en un 13 de mayo de 1981, fue gracias a la
protección de María.


El Santo Padre aclaró que ha decidido revelar la tercera parte del secreto
de Fátima, pues le parece que «ha madurado el tiempo» y recalcó que «el
llamamiento que nos ha hecho llegar Dios a través de la Virgen Santa
conserva intacta todavía hoy toda su actualidad».

«Desde Fátima se difunde por todo el mundo un mensaje de conversión y de
esperanza, un mensaje que, en conformidad con la revelación cristiana, está
profundamente integrado en la historia --concluyó--. Precisamente a partir
de las experiencias vividas, invita a los fieles a rezar asiduamente por la
paz en el mundo y a hacer penitencia para abrir los corazones a la
conversión». - ZS00051712


EN FÁTIMA COMENZÓ UNA HISTORIA DE AMOR
La relación de Dios con los niños analizada por Federico Lombardi

CIUDAD DEL VATICANO, 17 mayo (ZENIT.org).- El sábado pasado Juan Pablo II
pronunció la fórmula litúrgica de beatificación de los dos pastorcillos de
Fátima, Jacinta y Francisco Marto, primeros niños no mártires elevados a la
gloria de los altares no por ser videntes, sino por haber practicado las
virtudes de manera heroica, durante la misa que celebró en la explanada
junto a la Basílica de la Cova de Iría.

Se encontraban presentes más de quinientas mil personas. Ha sido la mejor
manera de celebrar este 13 de mayo en el que se cumplían 83 años de las
primeras apariciones de la Virgen. Con su tercera visita a Fátima, el Papa
ha querido también agradecer a la Virgen la protección que le ha brindado
en sus casi 22 años de pontificado.

La beatificación de los pastorcillos, como todos recuerdan, vivió un
momento de emoción inesperado cuando el cardenal Angelo Sodano, secretario
de Estado del Vaticano, por encargo de Juan Pablo II leyó un anticipo de la
tercera parte del así llamado secreto de Fátima.

En la homilía, el Papa había exclamado: «¡Cuántas víctimas ha habido en
este último siglo del segundo milenio! Mi pensamiento se dirige a los
horrores de las dos grandes guerras y las contiendas en otras partes del
mundo. También se dirige a los campos de concentración y de exterminio, a
los gulag, a las limpiezas étnicas, a las persecuciones, al terrorismo, a
los secuestros, a la droga, a los atentados contra la vida de los no
nacidos y contra la familia».

Los momentos recién vividos en Fátima, de tan intensa vibración, han sido
objeto de reflexión para el director de Programas de Radio Vaticana, el
padre Federico Lombardi, quien declaraba su asombro al ver la implicación
de la Iglesia en esta lucha entre el bien y el mal, con todas las
persecuciones que la Iglesia encontraría frente a los regímenes ateos y
totalitarios de este siglo. E incluso la profunda implicación personal del
Papa.

«Es la lectura más profunda del mundo y de su historia, que se expresa a
través del análisis de los signos de los tiempos, de los acontecimientos
que pasan frente a nuestros ojos y en los que nosotros mismos estamos
implicados. Son circunstancias en las que el Santo Padre participa como
testigo privilegiado y como protagonista humano y sobre todo espiritual de
este siglo»,
comenta Lombardi, quien siguió de cerca a Juan Pablo II a su
viaje en Portugal.

El anuncio de Nuestra Señora de Fátima, en el mundo de hoy, pone de relieve
mensajes conocidos: «la implicación de cada uno en este combate, en este
discernimiento entre el bien y el mal; en esta necesidad de ponerse del
lado de Dios y de reconocer y luchar, con valor, contra el mal, contra el
acusador de la humanidad, contra el homicida de siempre que es el demonio y
las fuerzas que atentan contra la salvación de la humanidad», precisa.

«Todo lo que sucedió en Fátima tiene su inicio en una demostración de amor,
en una gracia dada por Dios, a través de la Virgen, a los niños --apunta el
padre Lombardi refiriéndose a la beatificación de Jacinta y Francisco--.
Esto es verdaderamente impresionante. Como una realidad que se une a los
acontecimientos más dramáticos y más complejos de nuestro tiempo. Es algo
que encuentra su clave de lectura y de iluminación en una relación entre
Dios y los niños, los sencillos y los humildes. Dios solicita la
colaboración de aquel que por su inocencia y por su sencillez está más
capacitado para acoger y entender aquello que Él desea transmitir».

Las últimas palabras de la homilía del Santo Padre fueron para los niños;
en ellas les decía que se metieran en la escuela de María. «Esto nos lo
dice a todos --afirma Federico Lombardi--. Tenemos que hacernos niños y
aprender lo que se nos dice. En este caso es ciertamente María quien habla.
En la homilía el Santo Padre dijo una cosa bellísima: cuando --demostrando
una madurez y una virtud superior a su edad-- se le preguntaba a Jacinta el
porqué, respondía diciendo: "Porque me ha dicho la Señora que lo haga así".
Metámonos en la escuela del Señor, que también a través de María nos
instruye, y encontraremos el camino. Al ver a la gente en la explanada,
participando en la procesión, todas personas sencillas, del pueblo, pienso
que también aquí, la realidad de Fátima nos dice cómo una fe sencilla y
genuina es una fuerza positiva, maravillosa y preciosísima para el mundo de
hoy. En el fondo tenemos la suerte de contar con los cientos de miles de
personas participantes en la beatificación de Fátima, con fe auténtica y
sincera, volvieron a sus casas y van por el mundo llevando estos principios
de oración, de conversión, de sencillez, de pureza, valores positivos que
el Señor y la Virgen nos enseñan. Estas son las fuerzas que pueden dar
esperanza al tercer milenio», concluye. - ZS00051704

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