Mundo Globalizado Necesita "Criterio Moral" para Evitar la Anarquía
Juan Pablo II fundamenta su propuesta de globalizar la solidaridad

ROMA, 26 mayo (ZENIT.org) - «La diplomacia tiene que afrontar los nuevos desafíos que presenta la globalización». Lo afirmó Juan Pablo II esta mañana al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Grecia ante la Santa Sede. Sólo así se pueden «superar las amenazas que se presentan a la paz y al desarrollo, como son la pobreza de innumerables seres humanos, las desigualdades sociales, las tensiones étnicas, la contaminación ambiental y el respeto de los derechos humanos y de la libertad política», añadió.

El Santo Padre subrayó que, para evitar la anarquía, este mundo globalizado necesita contar con «un criterio objetivo de responsabilidad moral». De este modo constató una irónica paradoja: por una parte, reconoció los esfuerzos que se han realizado para constituir un Tribunal penal internacional para los crímenes contra la humanidad, pero, por otra, lamentó la difusión de una actitud relativista ante la verdad, que de hecho niega todo criterio objetivo de bien y de mal.

Responsabilidad global

Para el obispo de Roma, «la raíz de este dilema, con sus graves consecuencias para la vida de la sociedad, es la tendencia a exaltar la autonomía individual, a expensas de los vínculos que nos unen y nos hacen responsables los unos de los otros. La sociedad, por el contrario, necesita una visión coherente que abarca tanto la dignidad y los derechos inalienables de cada individuo, especialmente de los más débiles y vulnerables, como la clara conciencia de los valores fundamentales y de las relaciones que constituyen en última instancia el bien común».

Europa, regreso a las fuentes

En este nuevo escenario mundial, el pontífice quiso afrontar particularmente la situación que atraviesa el viejo continente. Concordó con el nuevo embajador de Grecia ante la Santa Sede, Stelios Rocanas, al considerar que «el impulso hacia la unidad política y económica no tendrá éxito» sin una «edificación espiritual de Europa».

Si Europa quiere unirse de nuevo, tendrá que «beber otra vez de los profundos manantiales del auténtico humanismo que dieron vida a esas tradiciones y aspiraciones». «Se trata de un humanismo que mana de la verdad de la persona humana, creada a la imagen de Dios y que, por tanto, posee una dignidad inviolable y unos derechos inalienables, incluido el derecho a la libertad religiosa».

Etica de la solidaridad

«De esta visión de la persona humana --según Juan Pablo II-- deriva ese auténtico y noble concepto de sociedad humana, que reconoce que somos responsables los unos de los otros, y que  exige por tanto una ética de la solidaridad». «Esta es la única senda --concluyó-- para un futuro de paz». - ZS00052608


Los Obispos de Brasil Solicitan un Referendo sobre la Deuda

RIO DE JANEIRO, 26 mayo (ZENIT.org) - El Secretario General de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB), monseñor Raymundo Damasceno, anunció que el episcopado solicitará próximamente al Congreso Nacional que convoque a un plebiscito oficial sobre las deudas externa e interna.

Según informó el prelado, la solicitud será presentada el próximo 1 de junio, pero independientemente de la decisión del Congreso, se realizará de manera simbólica con «urnas de votación» colocadas en templos, universidades y locales sindicales, entre el 2 y el 7 de setiembre. - ZS00052611


Paz, Ecologia Humana y Libertad Religiosa, Prioridades Planetarias
Palabras de Juan Pablo II a cuatro nuevos embajadores ante la Santa Sede


CIUDAD DEL VATICANO, 25 mayo (ZENIT.org) - Paz, deuda externa, ecología, libertad religiosa. Estos han sido los grandes temas afrontados por Juan Pablo II esta mañana al recibir a cuatro nuevos embajadores ante la Santa Sede con motivo de la ceremonia de presentación de cartas credenciales.

El pontífice aprovechó esta oportunidad, que podría parecer de rutina --en
estos momentos el Vaticano mantiene relaciones estables con 175 estados del mundo--, para tocar argumentos decisivos para la Iglesia y para los países que representan los nuevos embajadores: Nueva Zelanda, Kuwait, República del Congo y Ghana. Se trata de países muy diferentes entre sí, pero que el Papa quiso acomunar en una breve reflexión centrada en la desesperada necesidad de paz que existe en nuestro planeta y de aliviar a los países pobres del pesado fardo de la deuda externa. Dos compromisos, que según el Papa, deben convertirse en realidades emanadas del espíritu que caracteriza este Jubileo del año 2000.

A continuación, el Papa afrontó las realidades de cada uno de los países representados por los diplomáticos.

Tras años de terribles sufrimientos en búsqueda de la paz, dijo el Papa al afrontar la situación de la República del Congo, la clave para lograr la concordia pasa necesariamente por «la reconciliación y el perdón». Un objetivo en el que la Iglesia católica local, que también ha sufrido el derramamiento de sangre, está comprometida hasta el fondo a través de la formación que ofrece a nivel espiritual, moral, cívico, gracias a sus obras de educación.

Volvió a tocar estos conceptos, extendiéndolos al continente africano, al dirigirse al embajador que representa a la patria de Kofi Annan, Ghana. El mensaje del Papa fue muy claro: «sin solidaridad no puede haber paz», de modo que la sangre que hoy día corre en ese continente es también responsabilidad del resto de la humanidad.

Al dirigirse al diplomático de Nueva Zelanda, país sumergido en auténticos paraísos naturales del Pacífico, el Papa habló de ecología. No sólo recordó la responsabilidad común de conservar la naturaleza, que debe ser entregada intacta a las nuevas generaciones, sino que fue más allá, para hablar de una «ecología del hombre», basada en el papel central de la familia y en la inviolabilidad del derecho a la vida.

Al hablar con el embajador kuwaití el Santo Padre se centró en la importancia decisiva del respeto del «corazón mismo de los derechos humanos», el derecho a la libertad religiosa. «Al profesar su religión, la persona expresa sus aspiraciones más profundas y desarrollo lo que le es más íntimo: su interioridad, santuario del ser que nadie puede fracturar. Asimismo es indispensable que cada quien pueda seguir su conciencia en toda circunstancia y que nadie le obligue a actuar contra ella». Un derecho que no sólo debe ser privado, sino que, como reconocen la mayoría de los Estados, debe ser también garantizado en su dimensión pública. -  ZS00052509


El Papa Acaricia a Una Antigua Prostituta que Estalla en Lagrimas

CIUDAD DEL VATICANO, 24 mayo (ZENIT.org) - Juan Pablo II saludó durante la audiencia general a cuarenta antiguas prostitutas rehabilitadas por la Asociación Juan XXIII, fundada por el sacerdote italiano don Oreste Benzi. Al final del encuentro, cuatro de ellas subieron a saludar al Papa. El Santo Padre acarició a una de ellas, que estalló en lágrimas por la emoción.

El encuentro no había sido preparado, y los encargados de la seguridad en un primer momento no sabían como reaccionar. «Estamos aquí --ha dicho el padre Benzi-- para agradecer al Papa por el amor que siempre ha mostrado a las víctimas de la explotación y de la violencia».

La Asociación Juan XXIII ha rehabilitado a numerosas jóvenes y mujeres. En la mayoría de los casos se trata de extranjeras que han llegado a Italia engañadas u obligadas con la fuerza por las mafias internacionales. La asociación Juan XXIII ha creado casas de acogidas para ayudarlas a su reinserción. - ZS00052407

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